El surgimiento de la tercera ola se da frente a la crisis mundial de energía, la cual es producto de basar la economía en una fuente de recurso no renovable como es el petróleo, el gas, el plutonio entre otros, haciéndola insostenible. La tercera ola en cambio se abastecerá de diversas fuentes renovables y no agotables en lugar de depender de combustibles altamente concentrados y de tecnologías muy centralizadas, combinará la producción de energía centralizada con la descentralizada.
En la actualidad podemos apreciar algunos bosquejos de esta situación, por ejemplo en Italia, Islandia y Nueva Zelanda donde se está produciendo electricidad a partir de fuentes geotérmicas (toman el calor de la propia Tierra), mientras que frente a la isla Honshu, en Japón, se genera electricidad aprovechando la fuerza de las olas.
Para pasar por completo a esta nueva etapa, definitivamente se tendrá que luchar con aquellos que tienen intereses invertidos en la vieja base energética de la segunda ola; por el contrario, existen personas (una combinación de consumidores, ecologistas, científicos, empresarios de las industrias de vanguardia) que se muestran a favor al desarrollo de una base energética de la tercera ola.
Otros atisbos de la tercera ola son los rápidos avances realizados en disciplinas científicas que eran rudimentarias e incluso inexistentes hace todavía veinticinco años: electrónica cuántica, teoría de la información, biología molecular, oceánica, nucleónica, ecología y las ciencias espaciales.
Se podría decir que es en los Estados Unidos donde nace la segunda ola, a mediados de 1950.
Existen cuatro grupos de industrias relacionadas que probablemente se conviertan en las industrias vertebrales de la Era de la tercera ola:
· La electrónica; que contabiliza en la actualidad más de cien mil millones de dólares en ventas anuales.

· Los computadores; cuyos costos han bajado y su capacidad ha aumentado.
· La industria espacial; la que nos hace pensar que dentro de poco tiempo lanzaderas espaciales, podrán transportar mercancías y personas entre la Tierra y el espacio exterior, con una periodicidad semanal. Esto hasta ahora no ha sido verdaderamente valorado, y es que un orbitador puede significar para la industria una completa revolución, pues productos que van desde semiconductores, medicinas y productos de alta tecnología requieren una manipulación delicada, controlada, y la fuerza de la gravedad puede suponer un estorbo, mientras que en el espacio no hay de qué preocuparse, ni tener la necesidad de recipientes.
· La industria genética, que es capaz de manipular materiales vivos como si fueran plásticos y metales. Grandes Compañías se hallan ya empeñadas en la búsqueda de aplicaciones comerciales de la nueva biología, llegándose incluso a hacerse preguntas de que si se debe alterar biológicamente a los trabajadores para adaptarlos a las exigencias de su labor. Por ejemplo, pilotos dotados de reflejos rapidísimos, u obreros de cadena de montaje neurológicamente diseñados para que hagan por nosotros nuestro trabajo monótono.
El desarrollo de estas nuevas industrias definitivamente implican avances importantísimos pero a su vez requieren de mucho cuidado, pues un descuido de ellas podría traer consecuencias fatales.
Ese libro es bien interesante, lo lei hace un año y describe la actualidad y el futuro de manera muy municiosa.
ResponderEliminar